La historia de los Pañales de Tela, también llamados reutilizables o ecológicos, se remonta a fines del Siglo XIX en Europa y Norteamérica, donde se usaban cuadrados de lino y franela doblados y sostenidos con un alfiler de gancho. Actualmente este sistema es especialmente elegido para recién nacidos y son conocidos con el nombre de "planos". Esencialmente podemos decir que es igual, aunque los alfileres ahora tienen trabas de seguridad y se han desarrollado otros sistemas de sujeción más modernos. Pero a mitad del Siglo XX nacieron los primeros pañales desechables, junto con las famosas bombachas de goma. Aquí el contexto mundial nos muestra que los pañales desechables vinieron a solucionar el problema de la falta de tiempo de las mujeres, que dejaron de ser amas de casa luego de guerra, en donde se las necesito como fuerza laboral. Es así como se perfeccionó el primer cobertor de tela impermeable desde una cortina de baño.
Luego del auge de los pañales desechables, y desde fines del siglo XX los pañales de tela se han ido desarrollando para llegar a ser más funcionales, prácticos y cómodos. Hasta llegar a la actualidad en donde encontramos una amplia oferta de opciones distintas. Esta oferta incluye distintos métodos como los clásicos pañales de bolsillo, considerados los más parecidos a los desechables, siendo así fáciles de usar por los primerizos. Como los Todo en uno o AIO por sus siglas en inglés, y los todos en dos o AIT ideales para no tener que armar pañales. Pero también existen diferentes sistemas para cambiar durante el día y durante la noche. De esta forma encontramos cobertores para la noche de PUL, polar o lana, que acompañan a los híbridos y ajustados. Además cada familia puede elegir una gran variedad de colores y estampadas, incluso personalizados.
Las características principales de los pañales de tela incluye por un lado es aspecto económico, ya que suponen un enorme ahorro a las familias que los eligen incluso para pañalero mixto, es decir junto con pañales desechables. Este método es usando por las familias que aún no tienen la cantidad suficiente para usar pañales de tela, pero ya con unos pocos les permite ahorrar en desechables. Este ahorro se debe a que no solo son reutilizables por el mismo bebé sino que pueden ser usados por el siguiente hermanito, o ser revendidos.
Otra de sus características es su contribución a la ecología, si bien su uso implica un mayor gasto de agua y energía para lavar, no llega a ser comparable con el agua utilizada para la fabricación de pañales desechables. Y al no ser arrojados a la basura se estima que se evitan entre 5000 y 6000 pañales desechables que tardan entre 400 y 500 en degradarse. Como otro punto a favor de la ecología, podemos señalar que se puede utilizar estos pañales únicamente reciclando telas, como sábanas, toallas y franelas. Y prendas como remeras de algodón de adultos o la misma ropa del bebé.
Y finalmente, muchas familias llegan a esta elección por la salud de sus bebés. Muchos niños sufren por los geles tóxicos de los pañales desechables ya que alteran el pH de su piel, el uso de telas de algodón evita irritaciones, paspaduras y la dermatitis del pañal. Esto es gracias a que el PUL, conocido en la industria por ser la única tela recomendada para pañales, es impermeable pero a la vez respirable, característica importante para la salud de la piel.
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